
Hoy que te tengo frente a mí; los desperdicios que dejaron, luego de comerte en el banquete de la idolatría, momentánea. No encuentro una razón para darte la muerte anhelada. Es más surge en mi la necesidad de reparar tu vida, para que seas el alimento de pocos, y continúes en el circulo maldito de la perdición. Que tan bien te sienta desde hace años.
Para que cambiar la aguafuerte del viejo callejón…
Dejaría de ser el lugar donde, soy un ángel que cuida de vos dándote vida, cada vez que tiende del hilo más delgado de tu voluntad para seguir viviendo.
Silencio!!
Que reparando tu vida me convierto en Tu ángel negro. En el ser que más odias, cambiándote del foco de ser tu vida lo que quieras perder. Es a mí a quien quieres matar, y odias con cada sentido y en cada instante que te recuerdan que sigues vivo.
Parto, ya amanece y estas volviendo en si, tu cuerpo despierta, y siente la mullida cama, no recuerdas como llegaste hasta el lugar…
… es muy tarde para que intentes recordar algo, simplemente, la noche comenzó como muchas otras noches de excesos en la mesa de los idolatras donde eras un plato más. No dudes que soy un ser muy generoso con los demás y muy egoísta contigo.
Mi único vicio es observarte, tal vez entiendas ahora. Porque cuido él callejón.
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