viernes, 20 de marzo de 2009

Despertar

Al despertar, no te encontré, en tu lugar había una nota.
“Te dejo las llaves de mi vida, vuelvo en 20 días, no me acostumbro a las despedidas, y menos a estas que son sólo por un fragmento de tiempo.”
La verdad que no estaba esperando que me dejaras eso, tal vez, con un beso en la frente, como otras veces, y un hasta la vuelta, habría estado bien.
Pero la noche comenzó con excesos y en la hoguera de la pasión alienante, nos consumió. Tirando por la borda más de una década de buena amistad. El conocernos tantos, fue el causante o simplemente, el exceso de anoche, nos hizo olvidar que ambos tenemos historias.
Estoy entre lo que siento por vos y lo que los códigos me obligan ha hacer.
Estoy frente al manojo de llaves y frente al teléfono, y tengo que tomar una decisión rápido y se que si pienso mucho, no me moveré.
Dejándome llevar por mis instintos. Salí de la cama, una ducha rápida. Tome el manojo de llaves y fui a tu casa. Al llevar, recordé que tal vez tu novia estaría en tu casa y actúe como de costumbre. Simplemente toque timbre. Ya que soy tu agente de prensa.
Pero al entrar me tope con una mudanza, si ella se marchaba.
No dije nada y entre a la oficina como muchas otras veces. Pero necesitaba llegar a tu cuarto privado donde guardas tus escritos, necesitaba saber que es lo que estaba pasando, ya que la última vez que leí algo de lo que estabas escribiendo, no pude ver con claridad tu alma.
Entre a la cocina, pedí un café y pregunte que estaba pasando, que no entendía nada. Muy amablemente el ama de llaves me sirvió el café y me dijo, que Silvia se marchaba de la casa como habían acordado, desde hacia un tiempo. La mire sorprendida, porque lo único que sabía como agente de prensa era tus presentaciones en el exterior y las notas que debías dar, que habíamos concertado con anterioridad. Me miro cómplice y me dio un cuaderno.
Si!! Era ese cuaderno que escribís y que no mostráis a nadie. Donde desnudas tu alma. Y yo lo tenía en mis manos. Era a lo que había ido a buscar, y todo me esta sorprendiendo, no esperaba saber que todo estaba listo para que lo que sentíamos pudiera fluir.
Sólo quedaba esa ultima charla con Agustín, donde por el tiempo compartido, todo quedaría bien, y sin rencores. Somos adultos y ambos sabíamos que nuestra historia tenía fecha de vencimiento, y ya había expirado hacia más de un año.
Simplemente, hoy al despertar, no desperté. Sigo dormida.

No hay comentarios: