viernes, 23 de mayo de 2008

Sentencia

Entro el facultativo a la habitación y leyó la sentencia. El anciano miro fijo al juez y dijo con toda tranquilidad.
- ¿Cómo se sigue?
Tranquilidad que el resto de la familia no tenía. O si la había tenido, ya estaba perdida. La sentencia decía:
“carcinoma intracanalicular, encapsulado con un 20 por ciento de células malignas. En un estadio I, sin ramificaciones aparentes.”
Porque queda implícito y no lo dicen, pregunto el anciano a sus hijos, sin perder la calma que se transformaba, en un aumento de presión.
El juez dejo:-No hay que temer con la medicación y los controles lo tendremos controlado, tiene muchos años por delante, también depende de usted y sus ganas.
Lo miro fijo y el anciano, le dijo:-¿Cuando me puedo ir a mi casa, es que tengo que ocuparme de mis ponedoras, mi quinta, de mis nietos y de mi negocio?
-Lo dejo ir a su casa si su presión se estabiliza, y no hay desorden con la medicación.
Esa era la palabra clave, desorden. El cuerpo necesita adaptarse a que día a día va a recibir una dosis de algo que nunca antes había recibido. Y no es broma, nunca había observado, a una persona con una descompensación, que duro unas horas, pero el facultativo dijo que se repetirían por lo menos un par de días y con otra medicación, en poco tiempo no las tendrá más.
Otro tiempo de espera…
Tal vez como anoche, pase otra noche más en vela observando como el anciano indefenso duerme.
Tal vez mañana sea otro día, tal vez, sólo tal vez, la vida me sorprenda nuevamente.

No hay comentarios: